La Luz (parte 4)

Oliviero Toscani
Hace un tiempo atrás conversaba con un grupo de fotógrafos italianos maravilloso, y digo maravilloso porque todos trabajan distintas técnicas y todos buscan llenar algo especial en sus vidas a través de la fotografía, lo que hace que salgan miles de comentarios que siempre son una sorpresa o un tema de discusión duro. Entre ellos estaba Oliviero Toscani, uno de los fotógrafos que más me llama la atención por la manera en la que juega en el límite del arte y lo comercial. La forma en la que él entiende la fotografía y su evolución es exquisita, pero lo que más me llama la atención es cómo nunca eso afectó su forma de entender la imagen correcta. Para muchos su fotografía puede parecer “simplemente correcta”, pero en realidad es uno de los más interesantes referentes para considerar las ideas de iluminación “equilibradas”; o sea, todo el mundo estudia lo que él lleva toda su vida perfeccionando en su técnica.


Hablar de iluminación equilibrada es hablar de sombras que llegan a un punto muy sutil dentro de la imagen y luces que no explotan ni se convierten en las protagonistas. Te hace sentir que, aunque seas un profesional de la iluminación, las luces y los flashes nunca estuvieron ahí.


Una buena forma de pensar en esto es entender que a través de las luces dibujamos sombras. Y es que parece obvio, pero al tener el control de las fuentes de luz, lo que en realidad podemos medir a simple vista es cómo se proyecta una sombra, cómo la ablandamos o cómo la eliminamos. Básicamente, en el estudio nos convertimos en dibujantes de sombras.


Tener esto claro puede ser una gran ventaja para nuestras fotografías. Muchos creen que dibujar las sombras es casi un asunto que hay que cumplir, reglas que seguir y nada más, pero es un error. Elegir las sombras de manera correcta es justamente lo que hizo que hasta hoy estudiemos a Caravaggio. Por un lado nos mostró la importancia de la posición de las sombras para entender a través del chiaroscuro que la imagen se termina de dar a entender por su profundidad, es decir, las sombras son las partes más importantes de la tridimencionalidad de la imagen y como tal, pieza clave para contar una historia. Pero la obra de Caravaggio no se queda con la idea de las sombras como algo netamente técnico; las sombras son un elemento de la historia. hablan.


Para entender las sombras que hablan podemos buscar entre algunos cuadros clásicos o fotografías de autores importantes y preguntarnos por qué siento lo que siento frente a esa imagen.


Rembrandt es un gran ejemplo de sombras que hablan. Cuando vemos sus cuadros y cómo ilumina los rostros, con esas sobras triangulares que se forman a uno de los lados de la nariz, entendemos que las sombras nos pueden hablar de fuerza, dinamismo, pueden ayudarnos a entender las intenciones del personaje, su historia, sus miedos, etc.

Las sombras hablan.


La calidad de la luz se clasifica justamente por la forma en la que se crea la sombra. Las sobras duras, que son aquellas que se delimitan fácilmente, con bordes duros y bien marcados no nos van a dar las mismas sensaciones que nos dan las sombras blandas, esas que se pierden o se difuminan suavemente.


Así también hay quienes distinguen entre la calidad de la luz las sombras delgadas y las sombras gruesas, incluso si las sombras forman patrones o no.


Entender que las sombras hablan, que todo habla, nos ayuda a tomar decisiones más exactas y que se acomoden cada vez más a nuestro tono de voz personal en la fotografía.

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